Dando unos paseos por Mataelpino he visto este cartel y este escaparate reflejo de otros tiempos no tan lejanos.
En estos tiempos felices, una persona se acercaba al banco a pedir una hipoteca de 100 y le ofrecían 110 para que, con la diferencia se comprase un coche molón, hiciese un viaje a la otra parte del mundo o lo que se le pudiera ocurrir; en banco esta tranquilo puesto que sabía que en un año, si la persona no pagaba, se quedaba con una propiedad que ya valía 117 y subiendo.
Y en ese espejismo de la subida eterna hemos estado un montón de años, pensando que como un cohete, esto no iba a dejar de subir. Pero como la naturaleza es terca, y la ley de la gravedad no tenía muchas ganas de hacer dejación de sus funciones, esto empezó a caer... Gente que había comprado 3 o 4 pisos que no podía pagar, pero que iba a vender al año siguiente por un suculento margen, se encontró de la noche a la mañana con unos pisos que no puede vender, pero que tampoco puede pagar.
Y en estas andamos; la economía hecha unos zorros, y personas que han perdido hasta la camisa por unos sueños de nuevo rico que se han tornado en pesadilla.
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