martes, 11 de septiembre de 2012

Esther, descansa en paz

Hoy el día ha terminado mal.
Saliendo del mercado nos hemos encontrado con unos amigos; ellos también iban con su niño y hemos estado un rato charlando... nos han contado que el ha aprobado la oposición y ha conseguido plaza de profe después de años de interino y de la incertidumbre que acompaña a los interinos en los últimos tiempos.
Y en un momento, ella nos dice que si nos acordamos de Esther y que ha ocurrido algo terrible... sientes que algo malo, muy malo vas a oír, pero no te haces a la idea. Se ha quitado la vida. Así, sin mas... Una mujer a la que siempre vimos contenta, muy pendiente de su pequeño Gonzalo, dinámica y atenta a todo y a lo que la gente de su entorno pudiera necesitar...
Y ahora nada, nada tiene sentido; los motivos que llevan a una persona a dejarlo todo y dar ese paso irreversible, la ausencia padecida por los que quedan, la duda de porqué ocurrió y si se pudo haber hecho algo para evitarlo.
Y viendo a mi hijito buscando a mamá para darle el beso de buenas noches, o pidiendo el consuelo del cura-sana cuando se ha dado un golpe, me pregunto cómo se sentirá ese niño que no entiende porqué mamá no está.
Esther, confío en que Dios te haya acogido como solo Él sabe acoger, y que acompañe y consuele a tu marido y a Gonzalo, y les de fuerzas para seguir adelante y continuar viviendo su vida.
Descansa en paz, querida Esther

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